La transición energética

Durante los últimos años la transición energética se ha convertido en una estrategia central de discusiones en la generación de nuevas fuentes de energía limpias que logre de alguna manera la reducción gradual del uso de combustibles fósiles en la lucha contra la contaminación y el cambio climático, con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que tanto ha afectado al ecosistema. El planteamiento primordial de la transición energética es realizar un cambio transversal en la comunidad global con una inversión económica proporcional al impacto y que genere una transformación en los modelos y hábitos de consumo en que las infraestructuras energéticas establecidas adapten energías renovables.

El desarrollo de proyectos de energía alternativa es nuevo en Colombia, y aunque la tecnología aplicada de las fuentes de energía renovables se hace costosa, sumado a que el ingreso de estos productos al territorio nacional no constituye un proceso fácil, según Forbes Colombia, nuestro país lidera la “transición energética” en Latinoamérica, luego que el Consejo Mundial de Energía- WEC, lo reconociera como uno de los países que se convierte en epicentro para la transformación energética en la región, debido a su impulso hacia estas energías, sumado a la invitación de la ONU, para que nuestro país lidere el diálogo mundial sobre el cambio hacia las energías renovables no convencionales y una subasta de 4.800 megavatios provenientes de energías limpias, destacando también que Colombia forme parte de la Agencia Internacional de Energías Renovables Irena, así como ser sede del 5° Encuentro y Feria Renovables Latam, generando con esto oportunidades estratégicas que convierten a nuestro país en un foco de nuevas inversiones que traerán consigo desarrollo para nuestra población.

Si bien, vislumbramos con optimismo la “transición energética”, se deben optimizar los procesos gubernamentales para garantizar dicha transición, un proceso lento y como todo cambio genera la implementación de diferentes acciones que implican regulaciones legales, políticas públicas, comportamiento social, etc. Debemos tener en cuenta que “la matriz energética en Colombia es diferente a la de la mayoría de países debido a la importancia de la hidroelectricidad. No obstante, y a pesar de que esto es cierto en la generación eléctrica, el nivel de consumo total de energía el país es altamente dependiente de las fuentes convencionales, petróleo y gas fundamentalmente. (…) los combustibles fósiles ocupan la mayor parte de la producción de energía del país con 75% del total de la producción nacional de energía primaria. Entre 1975 y 2015, el cambio más importante en la matriz energética ocurrió por la disminución en la oferta y consumo de la leña, cuya producción pasó de representar 19,9% de la oferta total de energía primaria a participar solo en 5% en el año 2015. Esta disminución se reflejó en el incremento de la participación del gas natural que pasó de 9,7% en el año 1975 a 26% en el año 2015; y de la hidroelectricidad que pasó de 5,8% a 13% en el mismo periodo. (…) el petróleo y sus derivados representaron en el año 2015 48% del consumo interno y el gas natural 20%, mientras la hidroelectricidad 11% y el carbón 9%. Las fuentes renovables no convencionales son irrelevantes en la matriz de consumo del país”. Corredor, G. (2018). Colombia y la transición energética. Ciencia Política, 13(25), 107-125.

Podemos interpretar de lo anterior, que muy a pesar de esta dependencia de la matriz de energía eléctrica a los recursos hídricos, hay casos en Colombia, que, por falta de financiación no dan la continuidad en la ejecución de los programas, como es el caso del proyecto multipropósito del Ranchería, con el que también se busca generar 7 megavatios de energía para beneficiar a 3.000 familias, sin embargo, no ha avanzado de su primera etapa que inició hace 11 años. No obstante, según estudios de la Asociación de Energías Renovables de Colombia, La Guajira se proyecta como el centro de mayor potencial en generación de energía eólica y solar a nivel nacional, ya que cuenta con un potencial de 15.000 megavatios, solo en energía eólica y granjas solares, lo que representaría cerca del 90% del total que en la actualidad se genera en Colombia, entre todos los tipos de fuentes y que incluyen el recurso hídrico, siendo lo anterior una oportunidad hacia el camino de la transición energética.

(Continúa mañana como ‘Un cambio necesario y gradual’).