“Yo no sé lo que sentí cuando te vi, coqueteando, en la U, yo no sé lo que pasó pero sentí, que mi vida eres tú, desde entonces no veo una, mis notas se están bajando, en mi casa están bajando, en mi casa están notando que por ti vivo en la luna, y me quedo sin palabras cuando por mi salón pasas los piropos que te lanzan me dan celos, me dan rabia, yo me estoy tirando el semestre, por estar soñando contigo”.
El aparte transcrito corresponde a la canción titulada ‘El semestre’ de la autoría de Elkin García, incluida por Los Hermanos Zuleta en el corte número 5 del CD ‘Cien días de bohemia’, cuyo lanzamiento lo realizó la disquera Sony Music en el año 2005, la cual vino a mi mente en este día grato para el recuerdo de algunos de quienes fueron mis discípulos en el Programa de Derecho de la Universidad de La Guajira.
Con la satisfacción del padre que ve triunfar a sus hijos, he recibido la tarjeta de participación del Acto Solemne de su graduación como Abogada de una joven de quien tuve el honor de ser su profesor en las Asignaturas de “Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos” y de “Procesos Especiales – Procedimiento Administrativo y Acciones Constitucionales” en el alma máter, sombra tutelar del futuro de las nuevas generaciones de jóvenes guajiros, la Universidad de La Guajira, ella sabe quién es, sentí en aquel momento que valió la pena el esfuerzo de compartir conocimiento con ella, entendí una vez más que querer es poder, porque estaba enterado que su puntualidad en la asistencia a clases, no estaba soportada por la disponibilidad de recursos y de tiempo, sino en el sacrificio, porque alternaba su prestación de servicios asistenciales en una clínica de la ciudad, de día y de noche, con sus actividades académicas, ella es un botón para mostrar, esa joven merece colocarla de ejemplo a quienes pierden su juventud, pensando en el enriquecimiento temprano y como sea, y arruinan con su desinterés por el estudio las ilusiones de sus padres.
El día que me hizo entrega de la tarjeta física, que por cierto me gustan más que las virtuales, me recordó, las palabras ajenas que les dije en la primera clase, que “El éxito es un cruce de caminos entre la preparación y la oportunidad” me dijo que nunca las olvidó, y que el título que recibiría es prueba de ello, aproveché para aclararle que eso se lo escuché a Amylkar mi hermano, pues no quería seguir recibiendo indulgencias con Rosario Ajeno, evidentemente desde mis primeros años nuestro padre nos decía que “el mundo se divide en dos, entre los que estudian, y los que le deben obediencia a los que estudian” , y por si no le entendían explicaba que “El que no estudia, tarde o temprano termina de esclavo del que estudia” él nada mas necesitó cursar hasta Tercer Año Elemental porque no tuvo medios para continuar, y fue suficiente, nunca fue esclavo de nadie, lo demás lo estudió por su cuenta, por algo en la Ordenanza por la cual se creó la Universidad de la Guajira lleva estampada su rúbrica como secretario de la Asamblea departamental.
He conocido el desempeño profesional de algunos egresados del programa de derecho de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Uniguajira que la verdad me hacen pensar con optimismo en el futuro del lugar más septentrional de Colombia, están demostrando que el hábito no hace al monje, se esta derribando el mito que para ser buen abogado se debe estudiar en las universidades más caras y famosas del país, ellos, como se los dije muchas veces, son como una mercancía en promoción, ya en los Estrados Judiciales y en la Administración Publica en general se empieza a hablar de los abogados que reciben y recibieron formación en nuestra universidad, con la connotación especial que a quienes conozco, parecen seleccionados, además de profesionales dignos, decorosos y responsables, son buena persona, esa es la fresa del postre, tiene entonces La Guajira y tenemos los guajiros otro motivo para sentirnos orgullosos, nuestra tierra es cuna también de la inteligencia, solo falta que mejoremos la autoestima, y valoremos lo nuestro y a los nuestros, sin complejos y sin dubitaciones, igual que mis estudiantes, predico con el ejemplo, soy producto de la educación pública, y donde hable quien estudio con abundancia y en universidades de cache, hablo yo también y hasta más, habiendo cursado mis estudios primarios estudiando con lámparas de querosín en Monguí, bachiller del Liceo Nacional Celedón y Abogado de la Universidad del Atlántico, la del pueblo en Barranquilla.