Las paradojas de la vida y especialmente del desarrollo en que vive La Guajira. Las dos etapas que ha vivido el Cerrejón son importantes de destacar. Mientras estuvo asentada Intercor en nuestro territorio explotando el recurso del carbón, su presidente el cartagenero Hernán Martínez Torres, quien fuera luego ministro de Minas y Energías, Barranquilla vivió su mayor época de esplendor: su sede administrativa se adquirió en esa bella ciudad.
Muy a pesar de la lucha intensa que dio La Guajira a través de la Asociación de Profesionales en cabeza de Amilkar Gómez Deluque, Amilkar Acosta Medina, Orlando Vidal Joiro, entre otros, para que se estableciera en nuestro Departamento en esa época sus oficinas centrales, pero nuestra propuesta fue rechazada de plano, porque Riohacha no contaba con excelentes servicios públicos que Barranquilla sí tenía y otras razones más que no vale la pena mencionar.
El Centro de Entrenamiento para los técnicos que operarían la Mina, el Puerto y el Ferrocarril se construyó en Barranquilla en vez de hacerlo en La Guajira, donde iba a entrar en operación la mina a cielo abierto más grande del mundo, y después ese mismo se le donó a la Universidad del Atlántico, cuando Riohacha adolecía de un gran centro universitario; sin mencionar de todos los impresos que por concepto de diseños, de publicidad, de papelería y para colmo, se instaló en Barranquilla la oficina de compras y no en territorio guajiro, y lo más grave, Intercor bajo la presidencia de Martínez Torres arrasó con las firmas guajiras de un tajo, dándole prioridad a las barranquilleras y a los del interior del país.
Excusas fueron muchas, pero la verdad fue que no se fortaleció, no se acompañó, ni se ayudó al empresario guajiro a posicionarse en El Cerrejón, como lo era de esperarse. Empresas como: Acciones Urbanas, Echenique y Abello, Organización Hotelera Iparú, Casa Eléctrica, Brugés & Lomanto, Transsol del Cerrejón, Sepvig, Omega Ltda, Secolda y una lista que se hace interminable, fueron desapareciendo del panorama empresarial guajiro, gracias a las políticas orientadas por Intercor en contra de La Guajira. Sin mencionar la cantidad de profesionales idóneos que no tuvieron cabida en la operación minera.
También es bueno destacar que la Empresa Multinacional Intercor y sus directivas, casi cero, era la relación que tenían con los mandatarios seccionales, para ellos el gobernador del Departamento era como si no existiera, y menos su clase dirigente, profesional y gremial. Y me atrevo a pensar que la misma Guajira no existía para ellos. Pruebas y razones existen en la historia de esa etapa de Intercor. Claro, que la culpa no solamente la tuvo Intercor también la tuvo La Guajira al no saber aprovechar ventajas comparativas de tener a una empresa de tanta importancia en el concierto nacional e internacional y a una minería a cielo abierto de las características del Cerrejón.
El cambio de ruta
La etapa actual. Desde que llegó a la Presidencia en primera instancia Alberto Calderón Zuleta, con los nuevos dueños del Cerrejón (Carbones del Cerrejón L.L.C.), luego de la venta de su participación por parte de Carbocol y de Intercor, el cambio a favor de La Guajira se está viendo. Luego con la llegada de Roberto Junguito Pombo como nuevo presidente del Cerrejón ha estado asumiendo más su sentir hacia esta sección del país y no hacía Barranquilla.
El cambio de sede administrativa de Barranquilla a Bogotá, a nosotros no nos afectó, ni nos mortificó, en cambios a ellos –los barranquilleros– sí que les dolió, y ha sido tal la alharaca, que formaron que los guajiros observaron impávidos, pero a nosotros también nos pasó con ellos, y ahora ellos lo sintieron en carne propia. El centro de operaciones está en La Guajira y aquí es donde deben estar laborando. De eso no debe haber duda.
El Presidente del Cerrejón, Roberto Junguito Pombo, hasta hace unos meses, se le vio comprometido con el futuro que debe tener esta región. Estuvo haciendo acompañamiento al Departamento en muchas de sus acciones. Estuvo jugando el mejor papel por el desarrollo de nuestra patria chica, y quiso siempre que La Guajira diera un giro hacia un futuro más promisorio. Los hechos así lo indican: estuvo acompañando a diferentes alcaldes municipales para que mejoren su eficiencia en su desarrollo fiscal y ahí ha estado funcionando con su gerente de asuntos públicos como lo es Raúl Rois Garzón, que lo ha venido haciendo muy bien. Raúl Rois ha tomado el empoderamiento de su tierra y ha sido clave en la interlocución entre la multinacional minera y la comunidad guajira.
Claro, que es bueno anotar que ese cambio de actitud no solo del Cerrejón, de Chevron Texaco y de Promigas, se debe a que los últimos gobernadores se han atrevido a exigirles mayor compromiso con la tierra donde explotan sus recursos y que va orientado con su plan de desarrollo.
Las paradojas de la vida, siendo un departamento que cuenta con una de las obras de ingeniería más desarrolladas del mundo en cuanto al carbón: el ferrocarril más rápido y eficiente del mundo, el Puerto más eficiente del mundo, la Minería a cielo abierto más importante en exploración minera y recursos naturales con que se inyecta a Colombia y el mundo, regalías en grandes cantidades; el guajiro continua viviendo en un estado de postración y de miseria.
El Cerrejón contribuye a la economía nacional así: US $200 millones de dólares le tributa anualmente esta gran empresa a la Nación. El Gobierno nacional ha dispuesto que se esos tributos, se asignen US$ 100 millones para obras por impuestos para el país, donde La Guajira sale perdiendo en una competencia no sana, ya que en otras partes existen firmas más especializadas para quedarse con estos dineros.
Yo le abono al nuevo presidente del Cerrejón Guillermo Fonseca Onofre, quien acaba de asumir las riendas de El Cerrejón, que continúe con la misma disposición que tuvo Roberto Junguito con La Guajira y que se reglamente el artículo 255 del Código de Minas –Plan Padrino y Transparencia de Tecnologías– para que todos los municipios, en primera instancia los que están en influencia minera, se beneficien directamente bajo una política de generación de empleo, gerenciada y coordinada por usted y el Cerrejón.