“Ando buscando el caballo ay que me tumbó a Zuleta, para pegarle un regaño porque ‘Poncho’ se respeta, para morderle una oreja porque ‘Poncho’ se respeta, y no es justo que un caballo me tumbe a ‘Poncho’ Zuleta”.
Imposible referirnos a la convalecencia del hombre de la fruna, sin recordar la canción titulada ‘Mal de amor’ de la autoría de la autoría de Alejandro Durán, en su remozada versión de Diomedes Díaz con el acordeón de Alvarito, quienes la incluyeron en el álbum titulado ‘Listo pa’ la foto’ que dieron a conocer el 14 de octubre de 2009 a la cual corresponde el artículo anterior.
Ocupa nuestra atención el reciente tamacazo de ‘El pulmón de oro del vallenato’ producto de otra caída de un caballo, y rogamos al altísimo que lo levante de allí, así como se ha levantado muchas veces de muchas caídas, es un campanazo de alerta para que este mampano entienda y queden notificados los demás, que ya no pueden hacer muchas cosas en las cuales eran muy hábiles en sus años mozos, ya la vaina para ellos cambió y todos están en el deber de cuidarse y sus seguidores estamos en el deber de cuidarlos con buenos consejos, ya este hombre que mantiene la garganta incólume, como corozo palmaritero en el mes de marzo, ha tenido varios accidentes e incidentes donde la peor parte la llevan sus brazos, recordemos que en 1996 sus amigos para despegarlo de un templete energizado casi le sacan el brazo, allí sufrió varias fracturas, ya otro caballo lo había mandado al piso en 2009 mandándolo al quirófano otra vez para parapetarle la misma extremidad y ahora recibimos la noticia que tanto ha preocupado a toda su gente, precisamente por lesiones delicadas en el mismo brazo.
Nuestros máximos exponentes de la música vallenata, y me refiero particularmente a ‘Poncho’, Oñate, Beto, Villazón y Silvio, cada vez que vayan a realizar una actividad que tenga alguna connotación de riesgo, deben pensar en su seguridad, en sus familias y también en sus seguidores, por la potísima razón de que no tienen reemplazo a la vista, por lo menos, que yo sepa, porque la mayoría de los que van detrás, andan en otra vaina.
‘Poncho’ ha sido un hombre ‘Andariego’ como tituló la canción que grabó con su hermano en el año 1976 que vino incluida en el LP ‘Ídolos’, es inquieto, su relación con el campo y las vacas es como la con la música, indisoluble, porque son vocaciones heredadas de su padre, se siente igual refiriéndose a los tiempos cuando bajaba “del Cerro Pintao’ cargao’ de cebollín” como cuando dice “Soy parrandero de sentimiento, es una herencia de mi papá, solo la muerte me quitará, el que yo viva alegre y contento”, es un artista que a pesar de su trayectoria y posicionamiento, con fama mundial, nunca se le han subido sus triunfos a la cabeza, por el contrario, insiste al decir que “uno antes de ser artista, debe ser gente”.
Los cirujanos que habrán de desplegar toda su pericia para someter a Tomás Alfonso al procedimiento quirúrgico que requiere en esta oportunidad, tienen una gran responsabilidad, devolverlo a sus familiares y a sus miles de fanáticos restablecido, ellos serán instrumento de Dios para prolongar su existencia en condiciones dignas y activas, claro con la perentoria advertencia que no puede abusar de su eterna juventud, porque le puede salir mas caro el ajo que la carne.
Igualmente, le esperamos ansiosos para que retome su proyecto de grabar una cantidad de canciones suficientes para irse al descanso –merecido por cierto– sin silenciarse, su voz hasta hoy es prodigiosa, pero ni él, ni sus seguidores sabemos cuánto le durará, está viviendo un momento musical formidable, envidiable, contundente y demostrando que las escobas nuevas barren bien, pero las viejas saben dónde está la basura, pero es imposible saber hasta cuándo Dios será tan generoso con él.
Hoy parodiamos a Jesús ante la tumba de Lázaro para decir… Levántate ‘Poncho’.