Para 1964, queda en calidad de encargado de la rectoría del Liceo Nacional Almirante Padilla de Riohacha y por cinco meses lectivos, el profesor Manuel Sierra Pimienta y para el segundo semestre, llegaría como rector el licenciado Ostílio Granado Dadúl.
Las clases de Castellano y Preceptiva las dictaba el profesor Julio Quintero Dandarét. El profesor Plinio Gómez explicaba la narrativa de Homero. Siguió con el estímulo de nuestra curiosidad, para referirse a la clase de filosofía que verseaba el reverendo padre Carmelo de Villalago y las clases del inglés europeo que hablaba Manuel Pacavita y el fluido francés que dominaba el lingüista Enrique Lallemand Valdeblánquez. Los esfuerzos y pasión de la pianista Leda Pugliese, en enseñar música a los primíparos. Y de la gesta deportiva alcanzada bajo la dirección técnica del profesor Juan Nepomuceno Palacio Brugés.
Sin mucha claridad los estudiantes de la época abrazamos las ideas de Voltaire, Rousseau y Robespierre y son dignos de recordar los nombres de Juan Manuel Iguarán Mendoza, José Antonio Frías Acosta, Mendoza Archbold Josep, Hernando Pugliesse Cerchar, Régulo Ibarra Moscote, Jorge Gómez Effer, Jairo Aguilar Ocando, Pedro Ramírez Gutiérrez, Rafael Torres Murgas, Andrés Medina Mindióla, Héctor Brito Castañeda, Camilo Brito Sprockel, Maximiliano Wild Choles, Manuel Giovanetti Gómez, Guido Illidge Brugés, Orlando Movil Melo, Tomás Alfonso Manjarrez Melo, José Orsini Cuadrado, Luis Enrique Dagovett Núñez, Carlos Socarrás Pinto, Carlos Soto González, Cirilo Quintero Rummer, José Ángel Bonivento Iguarán, Justo Barros Vanegas, Rafael Lomanto Wisman, Jorge Mejía Gaona, Lorenzo Van Grieken Epiayuú, Jesús Loaiza, Omar Redondo, William Loaiza, Límbert Redondo, David Monroy Redondo, Andrés Vergara Iguarán y Alcides Martínez entre otros.
El Liceo Nacional Padilla en lo académico y cultural competía a nivel local, contra su archirrival Colegio La Divina Pastora y a nivel regional, con el Liceo Celedón de la ciudad de Santa Marta, con los colegios Bifi y Colón de Barranquilla, y con los colegios Fernández Baena, Liceo Bolívar y La Esperanza de Cartagena. A nivel nacional, alcanzaba un elevado nivel académico y cultural al punto que estudiantes como Nicolás Annichiarico Romero (1962), Enrique Bruzón Cotes (1963), Elímenes Brugés Guerra (1969) se ganaron el Premio Coltejer, distinción que se le otorgaba a los mejores bachilleres del país.
Para el año 1965 funcionaba el Instituto Técnico Comercial Femenino orientado por la profesora Sara Deluque de Daza. Y llega a la rectoría del Liceo Padilla el profesor Simón Almanza Julio, quien enfrentado a la sociedad riohachera y a la curia acepta que se reubique al Instituto Comercial femenino en los salones del Liceo y nació así el primer colegio mixto en La Guajira y contaba entre sus estudiantes a Bermúdez Campo Rosa, Brito Idolina, Castañeda Suárez Nancy, Freile De Luque Graciela, Lugo Zurita Gladis Del Carmen, Redondo López María Rosa, Pérez Ríos Mirna, Siosi Hernández Carmen.
A finales de enero de 1966, llegó a la ciudad de Riohacha el político liberal Carlos Lleras Restrepo en campaña presidencial. Los actos eran abucheados. Un miembro del cuerpo militar se movió con ímpetu y con el cañón del fusil M1, batió las costillas del estudiante ‘Lucho’ Gómez Pimienta y lo derribó contra el pavimento. Ante esa actitud, Juan Manuel Iguarán Mendoza se abalanzó contra el militar lo desarmó, lo arrojó al suelo y fue sometido a estado de indefensión. Y se formó el zaperoco. El operativo terminaría en disturbios, con disparos al aire.
El 28 de julio de 1966, el consejo estudiantil del Liceo Padilla compuesto por ‘Lucho’ Gómez Pimienta como presidente, la secretaria Daisy Brugés Borda, Nelson Cotes vicepresidente, Fernando López Suárez fiscal y Rangel Romero vocal, organizaron una manifestación de protesta por el mal servicio de luz. Los estudiantes salieron a las calles y la idea de tumbar las redes eléctricas, fue de Eliseo Vanegas Mengual. Con piedras los estudiantes destruyeron los vidrios y ventanas del despacho del gobernador Nelson Amaya Arregocés. El artista Jaime ‘Cochise’ Maya, sirvió de mediador y consiguió la liberación del universitario Lácides Toro Ávila. El día primero de agosto de 1966 se realizó el primer paro cívico en la ciudad de Riohacha con la activa participación histórica de los estudiantes del Liceo Nacional Almirante Padilla.