La agricultura por contrato es una práctica comercial antigua consistente en que el producto total o parcial de la próxima cosecha se negocia con anterioridad a que esta se haya llevado a cabo, con la ausencia absoluta de intermediarios, siempre y cuando el precio unitario coincida exactamente con el que tenga en el momento de la transacción, más no cuando ya sea cosechado.
Esta transacción comercial, valga decirlo, es extensiva también a los productos procedentes del subsector pecuario. Consta de varias modalidades, tales como: Entre el agricultor y las federaciones del ramo o, en algunas ocasiones, entre el agricultor y algunas cooperativas específicas. Entre el agricultor y algunos grandes almacenes distribuidores de insumos, entre estos el suministro a crédito de los agro productos, la asistencia técnica del profesional del agro, el suministro de la maquinaria para las distintas faenas que sean necesarias, entre ellas para la preparación del suelo, la siembra, la cosecha y, en lo atinente al cultivo del arroz, para la correspondiente trillada del grano. Entre el agricultor y algunas instituciones gubernamentales, tal como sucedió otrora, con mucho éxito, por cierto, entre el ya extinto Instituto de Mercadeo Agropecuario (Idema) y los agricultores, en donde el Gobierno fijaba los precios a pagar antes de la cosecha y se los cumplía al pie de la letra al productor. Y entre el agricultor y los grandes almacenes de cadenas, con la única diferencia de que dichos almacenes son muy exigentes en lo que atañe a la calidad del producto. Su slogan es: “coseche y venda a la fija”.
En relación a las anteriores modalidades ya descritas, al final de la jornada entra a operar lo que en los ejercicios contables se conoce con la denominación de cruces de cuentas, en que el saldo resultante le es entregado al productor, a no ser de que la cosecha hubiese sido afectada significativamente por problemas climáticos, entre ellos por un fenómeno del niño o de la niña.
Antiguamente, por ejemplo, existía en La Guajira y concretamente en Barrancas, la modalidad en que los pequeños caficultores le vendían uno o varios quintales de café al comprador en forma anticipada a fin de poder sufragar en forma total o parcial algunos gastos prioritarios. Lo mismo sucedió durante el boom del cultivo de la Cannabis sativa, lo que produjo varios disgustos y reyertas al no cumplirse a cabalidad lo pactado.