El efecto de las crisis se mide no solamente como las pérdidas de vidas, aparato productivo o consecuencias sociales, sino que modernamente se cuantifica con el potencial de un país, región o conglomerados sociales para resurgir de la catástrofe que azota sin contemplación alguna.
En este sentido y es lo que más interesa, resaltamos el tacto, oportunismo y eficacia de las medidas sanitarias, económicas y sociales con que nuestro primer mandatario Iván Duque Márquez ha dirigido a nuestra amada Colombia en este trance tan difícil y sin poder aún determinar las verdaderas consecuencias de la pandemia, por lo que sin lugar a dudas nuestro presidente y su Equipo de Gobierno, son merecedores del reconocimiento de todos los colombianos sin distingo de clases o partidos políticos, ejemplo que debería replicarse en toda nuestra municipalidad, pero encontramos todo lo contrario, actos de corrupción, administraciones paquidérmicas, indolentes y paralizadas en su accionar administrativo.
Preocupa los bochornosos episodios de corrupción que se vienen denunciando a nivel nacional, pero confiamos en la ejemplarizante acción que deben emprender los organismos de control y/o disciplinarios, pero más allá estamos notando que los mandatarios parece que se han olvidado del listado de obligaciones que les impone el ejercicio del cargo, si bien es cierto lo más importante en este momento es tratar de salir en las mejores condiciones de la encrucijada que nos ha planteado la epidemia por la enfermedad Covid-19 los entes municipales no se pueden paralizar u olvidar de las demás gestiones de gobierno en tanto ellas están directamente o indirectamente ligadas a la posibilidad que podamos atravesar el charco que tenemos enfrente.
En esta época de cuarentena en casa como medida preventiva para contener la enfermedad, nuestros administradores locales deben estar pensando en cómo continuar la vida en nuestros pueblos, cómo reactivar la economía, darle continuidad al desarrollo local, después de la pandemia, porque de esta vamos a salir, los colombianos así lo hemos demostrado en otras oportunidades, pero son inexistentes las informaciones de cómo avanza la construcción de los planes de desarrollo, no conocemos la primera noticia que deben entregar las administraciones a través del informe de los cien días de gobierno, las obras públicas están detenidas, por no mencionar otras acciones.
Lo afirmamos con la convicción que nos dan nuestra Fe y la grandeza que siempre hemos demostrado los colombianos y nuestro tesón y personalidad guajira, que no es esta enfermedad la que nos detendrá en nuestras aspiraciones de ser cada día más grandes.