Está la palabra paüsa que hace referencia a la persona que tiene mucho tiempo en el encierro con el propósito de tener un acercamiento a la espiritualidad, reflexionar sobre la importancia de la vida, la importancia de esa misma persona como vida y su significado de existir para el grupo social donde ha nacido. Kulamia es aquella mujer wayuú que ha decidido tener una vida en el encierro donde practica la espiritualidad del arte del tejido y todas las expresiones de la sabiduría del mundo femenino, de esta manera, en el interior de la casa donde ha nacido se convierte en su espacio terrenal donde crece, con el tiempo se desarrolla como mujer, no tendrá hijos; este espacio tan pequeño, el recinto interno de la casa, desde ahí conocerá el vasto mundo de la naturaleza, la importancia de los animales, los ríos, el mar, las estrellas y todos los vientos y lluvias que existen en el territorio wayuú; todo este saber lo obtendrá desde la espiritualidad y los expresará en sus innumerables tejidos.
Nuestra cultura wayuú ha sufrido grandes cambios, unas para fortalecer algunas prácticas y otras que han suprimido definitivamente el significado espiritual. En esta ocasión quiero hablar un poco el Internado de Aremasain. Se ha documentado que estas edificaciones fue la que permitió que se instalara el concepto de espiritualidad del mundo de la religión católica entre nosotros los wayuú. Dentro de estas edificaciones religiosas fue donde se nutrió mi pensamiento sobre la expresión bella de la vida, de la naturaleza, los animales, las nubes, las estrellas, seres maravillosos habitan en los pensamientos religiosos de una parte de Europa. En estas edificaciones religiosas llamadas Internados Indígenas aparte de nutrir nuestros pensamientos con la parte de la espiritualidad también se adquiere la habilidad de dibujar las palabras y las emociones por medio de pintar las hojas con lo que se llama escritura, con el pasar del tiempo se logra una madurez académica para seguir preguntando sobre otras formas de ver la vida o mejorar y aclarar ese conocimiento que se ha adquirido, como por ejemplo las siguientes afirmaciones: “El cristianismo es una de las tres grandes religiones monoteístas, junto con el Judaísmo y el Islam. Se inició como un movimiento mesiánico en el seno de judaísmo inspirado en Jesús de Nazaret y centrado en su persona. El hecho de que su fundador fuese crucificado por los romanos y repudiado por el pueblo judío, no impidió que sus discípulos extendiesen el culto por todo el mundo basándose en la idea de su resurrección.
Para el cristianismo solo hay un Dios que la Trinidad aparece como tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este Dios otorgó a los hombres diez mandamientos a través del profeta hebreo Moisés, que son la ley que todo cristiano debe respetar. El cristianismo acepta la Biblia o Sagradas Escrituras hebreas a las que añaden los Evangelios, o vida de Jesús y otros escritos que conforman el Nuevo Testamento” (Web: la fisofia de la religión). Es así de este modo que tuvimos la oportunidad de conocer estas historias sagradas de otros pueblos. Las ideas principales que transmite la construcción de la esencia del ser cristiano está en estos diez mandamientos.
En el caso de nosotros gira alrededor de las historias ancestrales que se encuentra la memoria colectiva de nuestros Alaülayuu-Ancianos sabios. Esta reflexión vino a mi memoria ya que nos encontramos en la fecha de repasar la historia que narra la vida del Jesús Cristiano, pero parece ser que estas edificaciones, los Internados Indígenas, se ha convertido en un nicho de la corrupción, que socova los principios éticos, la moral y estética de una educación que de alguna manera ha formado grandes mujeres y hombres entre nosotros los wayuú.
Müsü tanüiki, así dicen mis palabras.