Por Rafael Humberto Frías
Ha muerto un insigne sanjuanero, un hombre del servicio público, un demócrata, un discípulo de Hipócrates en la medicina, un liberal a carta cabal de la escuela de Eduardo Abuchaibe y un amigo de sus amigos, como en vida lo demostró. Ha muerto Práxedes Bolaño Brito, quien deja un gran legado político y una extensa trayectoria en su vida pública como ejemplo para las presentes y futuras generaciones y hasta la posteridad.
Este es de esos seres queridos que, “si duele perderlos, y queremos que perduren”, como lo afirmó en su canción el gran Máximo Movil. De esos hombres que no debieran enterrarse, sino sembrarse, para que le sigan dando fruto a la sociedad. Pero la vida es así, se nos va en medio de esta coyuntura del aislamiento social obligatorio, uno de nuestros mejores ciudadanos, padre, amigo, sanjuanero, contribuyente y demócrata.
Tanto Maicao como Fonseca reclaman su natalicio, pero consideramos que en San Juan dio sus frutos y construyó su estatura política y profesional y descansará en paz como siempre lo anheló.
También tuve la dicha de gozar de sus consejos octogenarios. Un hombre de fuertes convicciones de que la persona debe ser libre y liberal para escoger el rumbo de su vida y las banderas a enarbolar y defender.
Encarnó el servicio científico-social de la medicina con su ideario político y se propuso ser un ciudadano realmente útil, a los mejores y más caros intereses de su pueblo. Y, de hecho, que logró meterse en los corazones y las mentes populares, quienes hoy lloran desconsolados envueltos en sus recuerdos generosos, bondadosos y dadivosos, de lo que fue la obra social de este gran caudillo liberal.
Su discurso enérgico, coherente, reflexivo, elocuente, dialéctico y muy consecuente con la realidad de nuestro pueblo, quedará para siempre en nuestro recuerdo. Su compromiso con las causas sociales que lideró y con los cargos públicos que desempeñó, dan cuenta de su pulcra y eficiente carrera pública. Tuvo la oportunidad de hacerse visible y levantar la voz de un sanjuanero en medio de los tres escenarios del gobierno, en el nivel local, departamental y nacional. Su recia personalidad y fuerte carácter lleno de nobleza, lo mantendrán por siempre y para siempre en nuestras vidas. De mis motivos más elocuentes de impotencia se destacan no poderlo acompañar hasta su última morada como se lo merecía.
Un hombre con tantos amigos y siempre rodeado de un círculo de contertulios, compartiendo y tirando líneas sobre el presente y el futuro de su pueblo, merecía todos los honores y el duelo municipal, pero esta pandemia letal nos arrebató esa obligación. Se va todo un sanjuanero raizal, el compadre, el político, el de la cruz de dominó, el que levantaba la voz para hacerse oír con unos wiskies agradables junto a sus amigos.
Hoy nos parece ver su silueta, allí en la casa de ‘Lucho’ Run Run, en un desafío de dominó junto a ‘Lucho’, Fidias Daza, El ‘Coco’ Oñate y Humberto Roís, meditando fuertemente para cantar victoria con el doble seis en la mano. O encontrarlo en otra escena en la gallera, apostándole a un brioso gallo de figura espectacular, sea pinto, canagüey o giro, porque pertenecían a su cuerda y eran de buena raza.
Adiós, ‘Pachele’, como solía llamarlo Viga, su adorada esposa, descanse en paz que hasta el cielo lloró su partida y una multitudinaria concurrencia acudió a su sepelio por las redes sociales en muestra de gratitud y aprecio, por lo que hizo en la tierra y obras son amores y buenas razones, como le oí decir. Dios le conceda en el cielo, la dicha que le haya sido negada. Hasta nuestro encuentro en la eternidad con la ciudadanía del cielo. Paz en su tumba médico.