Un propósito consiste en la intención o ánimo por el que se realiza o deja de realizar una acción. El objetivo que se pretende alcanzar e indica la finalidad o meta de una acción u objeto. Habitualmente, se refiere a los compromisos que llevan a mejorar y señalan la intención y decisión voluntaria de corregir errores o defectos. Igualmente, está asociado a temas de ética y moral como forma de mejorar y de promover el desarrollo; de ahí que para que ciertos sean necesitamos hacerlo nosotros, asumir nuestro papel y poder como ciudadanos para provocar esos cambios que siempre exigimos y no logramos consolidar. Como región debemos definir propósitos, una dirección hacia la cual ir unidos sin fisuras para modificarnos como sociedad para vivir mejor, el cual debe ser sencillo, claro y concreto, para utilizar y darnos sentido con urgencia en la irresolución que padecemos.
Es ponernos de acuerdo, acudir a la confianza institucional y la de todos, involucrarnos comunitariamente, darle significado a toda pertinencia, en la verdad que por sí sola nada se resolverá, por lo que toca ayudarnos con la participación política, propender porque se modifiquen malas prácticas y vicios, obligarnos a seguir presentes y al tanto de las decisiones en los recursos públicos y a las acciones de las autoridades. Opinando con seso y sin enfrentamientos baladíes.
Interesa ponernos de acuerdo en propósitos visibles del corto a largo plazo, focalizarnos en objetivos que nos brinden la integridad social que cada día más se diluye. Es coadyuvar a la solución de las crisis, empezar a juntarnos en torno a procesos de restauración en el que pesen los puntos en los que estamos de acuerdo y no lo que nos divide. En una sociedad débil, sin propósitos, las decisiones se toman con base en los intereses de grupos de poder; razón por la que nuestro papel como ciudadanos es hacer valer el peso específico que tenemos para hacer realidad las motivaciones políticas y económicas que requerimos; por lo que obligados estamos a articularnos y agruparnos para avanzar en acuerdos concretos, sin falsas expectativas, ni verdades a medias, desventajas, inequidades ni desigualdades que afectan y distraen unidad y sentido de pertenencia a lo que nos debemos para sostener el tejido social y no se deteriore ni pauperice frente a los múltiples retos que superar debemos, si realmente queremos potenciarnos como sociedad.
De ahí que impere participar civil, activa y decididamente como conglomerado, lo que debe ser un acto de expresión materializado en acciones concretas, verdaderas, reales, bien y mejor definidas, que nos unan a futuro en beneficio colectivo.