Por José M. Aponte M.
La primera, el maldito bicho que nos tiene acoquinaos y que como una bola de nieve inatajable crece más y más por el desorden de la gente, que creen que esto es un juego, cuando es el mayor peligro que afronta la humanidad y el que dé la patica se lo lleva, principalmente a los que como yo sufrimos de presión alta, azúcar en la sangre y otras cositas como cáncer y asma y para rematar con 80 mayos encima; es casi seguro que nos acuesta en las terroríficas 4 tablas, sin derecho a excarcelación o vencimientos de términos tan de moda en las decisiones judiciales.
En nuestras manos está atajar el crecimiento acelerado de infectados y muertos, tapándonos la boca y la nariz, lavándonos las manos a cada rato y guardando la distancia en todas partes. Eso es esencial y fácil, pero que va, en días pasados, hace más de 15, temeraria e irresponsablemente fui al Boliche a arreglar una pendejada del carro y fue tanto el susto que no esperé y lo dejé, pues ahí andan como si nada, ignoran lo que está pasando, no les duele la vida de ellos, menos la de los demás, los tapabocas lo usan pero en los bolsillos y viven apiñados, sencillamente no les importa nada. Ahí el bicho mortal tiene que estar haciendo moñona. En la tarde fui a buscarlo y era peor, las comidas en todas las esquinas manipuladas y vendidas por personas sin guantes y sin nada y gente tragando sin ningún miedo de infectarse. Gracias a Dios no salí puyao y fueron 6 días de nervios, miedo y zozobras, pero esa imprudencia no la repetiré otra vez y le aconsejo a la gente no hacerlo.
La segunda, observé ahí mismo en El Boliche, en la recién pavimentada carrera 6B con calle 20 una congestión y desorden vehicular agravados por un vehículo desvalijado que tiene más de 4 meses de estar abandonado en la carrera, sin que la Policía o la autoridad competente se mosquee para que el dueño lo quite o se lleve la grúa y lo más grave es que este mal ejemplo se está generalizando y en la carrera 12 entre calles 13C y 14 hay otro, sin llantas que no deja utilizar el andén y cuando vengamos a ver la ciudad está convertida en un cementerio de carros abandonados.
Y la tercera, estuve recorriendo de a pie, el centro de la ciudad, con seguridad todo quedará muy bonito, pues prefirieron la belleza a la comodidad: muchos adoquines, ladrillos rojos y habrá amarillos y azules, las vías más angostas para un solo carros, los andenes más anchos para que los vendedores ambulantes se acomoden y no andar pensando en un sitio para reubicarlos, en fin todo va a quedar muy bonito, pero esperemos el futuro para ver qué tal va a quedar la vaina.