Emulando al presidente de la República, el departamento y los municipios debieran también designar una misión de sabios desde lo local y lo regional, guardando las proporciones, en procura de lograr el desarrollo social y económico tan anhelado de sus territorios. Un grupo de académicos, intelectuales y artistas de alto nivel que propongan el rumbo que el departamento y cada municipio debe tomar en materia de ciencia, tecnología e innovación. Desde el rigor científico deben escucharse propuestas de desarrollo y reactivación económica y social, sobre todo, en la era de la pos pandemia.
El objetivo es aportar a la construcción e implementación de la política pública de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación desde los territorios. Soy un convencido que, si no convertimos a nuestros municipios en unas verdaderas agencias de desarrollo económico local, no habrá autopista para su despegue competitivo. Hay que salirse de la convencionalidad y la rutina y hacer administraciones de verdad para la historia, creando cosas extraordinarias para lograrlo. Nuestros pueblos no quieren más de lo mismo. Se aclaman ideas renovadoras que ayuden desde lo local a cambiar este ambiente que nos agrede y nos envilece con tantas noticias negativas y tanta violencia desde todos los ángulos.
Este grupo de expertos locales y departamentales, que los hay en nuestros municipios en diferentes áreas del conocimiento, deben reclutarse para que participen, ad honorem, y ayuden a trazar la hoja de ruta para el avance de la educación, la ciencia, la tecnología y la innovación desde sus municipios de orígenes y el Departamento. Hay que apostarle a estrategias que nos permitan construir a La Guajira de largo plazo, para responder a los retos y desafíos económicos y sociales de manera gradual y sostenible.
Todas las dimensiones de nuestro desarrollo necesitan propuestas aterrizadas y concretas que de manera racional y eficiente se puedan ejecutar.
En los cuatro puntos cardinales de La Guajira lo que hay es recurso para explotar, incluyendo su recurso humano. Además, las ventajas comparativas saltan a la vista en estos benditos 20.800 kms2 de territorio donde se extasió la riqueza, esperando el valor público del capital humano, para atender las necesidades, derechos y problemas de los ciudadanos de cada entidad territorial. Si hay recurso humano y liderazgo para sacar a La Guajira adelante.
Considero que la academia no puede estar divorciada del sector público dada su responsabilidad misional de contribuir a la construcción de una sociedad superior. Por eso, sigo pensando que el triángulo de buen gobierno lo conforman, la sociedad civil, la academia y la institucionalidad. Desde luego entonces, que como en época de crisis, el país acude a la reserva militar para echar mano de su experiencia, nosotros debemos echar mano de nuestra reserva intelectual reconocida para seleccionarlos y llamarlos a hacer su aporte al desarrollo de la tierra donde tienen enterrado su ombligo y sus difuntos.
Esta selección y escogencia debe ser desde un proceso de selección objetiva y no política. Una cumbre entre el sector académico e institucional sería el mejor punto de partida. Solamente debe marcarse el interés superior, que no es otro distinto que el desarrollo de La Guajira, partiendo que desde la educación se mueven las locomotoras del desarrollo de los pueblos. La experticia en el manejo de los ejes temáticos que contribuyen al desarrollo debe ser un faro de orientación.
Por ejemplo, desde la perspectiva científica y académica, cuál es la visión del desarrollo del Departamento y sus municipios. Cómo se visiona el eje político-institucional, socio-cultural, económico, ambiental, tecnológico y poblacional y cuáles son sus recomendaciones para superar la pobreza y la desigualdad.
La Guajira necesita ser un departamento ejemplo para el país, convocando a sus mejores hijos y sus mejores cerebros para lograrlo. Weildler Guerra, Stevenson Marulanda, Hernán Urbina Joiro, Jairo Rosado y muchos otros guajiros de reconocida trayectoria y experiencia podrían hacer parte de la misión.
Además, nuestro Departamento viene cambiando su vocación productiva y pasó de ser un departamento agropecuario, a mineroenergético, con las energías renovables a la cabeza, y sus potencialidades turísticas, dados sus cuantiosos recursos naturales y del ambiente, junto con su posición geoestratégica con el mayor litoral Caribe. Lo anterior indica, que es hora de aprender de las amargas experiencias del pasado y apostarle a una nueva era.