Finalmente, después de muchos años de clamor y de gestiones fallidas de varios líderes del sector público y del privado, el Gobierno nacional, a través de Invías, informó la adjudicación del contrato para la pavimentación de la vía Uribia – Puerto Bolívar, proyecto que viene con un alcance ampliado para incluir la vía Cabo de la Vela – San Martín – Nazaret. Sin dudas es una de las mejores noticias que hemos recibido, en medio de la pandemia, pues aviva las esperanzas de un mejor futuro para La Guajira, en especial para las comunidades indígenas wayuú ubicadas en la parte más septentrional de este olvidado territorio.
Varios líderes políticos locales y del Gobierno departamental actual salieron alborozados a celebrar la noticia, y no era para menos! Seguramente en tantos años de búsqueda de apoyo y de gestiones para que se tomara esta decisión por parte del Gobierno nacional, muchos dirigentes de la Guajira, unos más que otros, pusieron su grano de arena para que este proyecto fuera una realidad. Más allá de los intereses politiqueros coyunturales, lo que se requiere en La Guajira es ponerles foco a objetivos con beneficios colectivos, unidad de criterios en la acción, trabajo en equipo y seguimiento efectivo para lograrlos y superar las grandes dificultades que tienen los habitantes de este territorio; así deberían emprenderse y culminarse muchos proyectos que están pendientes de ejecutarse o de terminarse. Al actual gobernador Nemesio Roys, hay que reconocerle el empoderamiento que ha tenido para, desde su rol, continuar las acciones requeridas para avanzar con este proyecto.
La empresa Cerrejón, como actor de la economía del Departamento y representante del sector privado, con alto interés en contribuir al desarrollo de la región, también tuvo su rol importante en la materialización de este proyecto. Varios presidentes de esta empresa hicieron importantes gestiones con ese propósito, especialmente en la época de Roberto Junguito Pombo, con apoyo técnico de un equipo interno.
Como resultado de esas gestiones, realizadas en coordinación con el Gobierno y la Asamblea departamental –que dio la autorización respectiva con vigencia hasta el 31 de diciembre de 2019–, el 27 de ese mismo mes y año, cuando me desempeñaba como gerente de asuntos sociales de Cerrejón, tuve la oportunidad de gestionar y lograr la firma de un convenio entre el representante legal de Cerrejón y el gobernador de turno, Jhon Fuentes. Ese convenio permite que Cerrejón aporte los diseños, el terraplén, las obras de ingeniería existentes y otras acciones relacionadas con la cesión de terrenos con carácter de reserva, más la donación de predios y otras obras de la vía. Esta acción facilitó que posteriormente la Gobernación y el Invías firmaran otro convenio para avanzar en la definición de presupuesto y cronograma para la contratación y ejecución de esta importante obra a cargo del Invías. Esta es una demostración de los buenos logros que se pueden obtener cuando hay sinergias entre los sectores público y el privado.
Ahora es muy importante que la ejecución de las obras contratadas avance satisfactoriamente, cumpliendo cronograma y presupuesto establecidos. En este contexto es clave que, dentro del marco de las competencias y funciones de cada ente gubernamental para el desarrollo de la infraestructura vial del departamento, tanto la Gobernación como el Invías informen periódicamente, en forma transparente, a los habitantes de la Guajira sobre los avances de las obras.
Este es un proyecto de alto impacto para La Guajira por sus potenciales beneficios y porque facilita la presencia del Estado con programas sociales en zonas de difícil acceso, mejora la conectividad del territorio de manera disruptiva, creando condiciones favorables para fortalecer el turismo, generando oportunidades para emprendimientos y para actividades comerciales que generen ingresos económicos para las familias y comunidades indígenas wayuú, contribuyendo a reducir su pobreza.