Una promiscuidad heredada

“Desde que nacimos como Estado hemos sido unos legalistas impertinentes… enredados  en artículos  y parágrafos de nuestras constituciones.

La lujuria legisladora ha agobiado a Colombia. En un siglo proliferaron 8 constituciones, la del 86 se mantuvo vigente por más de 100 años, con 70 reformas.  Antes  se habían expedido ocho mil leyes y alrededor de sesenta mil decretos.  El Congreso produce en promedio 3.000 leyes y decretos por año,  implicando enormes costos  que contribuyen a la corrupción, por las confusiones y tantas normas que generan.  Así mismo constituye un importante estímulo para quienes han encontrado en esta proliferación de leyes un magnifico medio de subsistencia; donde se extravía la justicia  y se hace imposible el cumplimiento de la Ley.

De este habito cuya expresión más común llamamos leguleyismo, se ha dicho, fue la peor de las pestes que nos trajeron los españoles”. Germán Puyana García, en su obra ¿cómo somos? Los colombianos.

¿Quién era el verdadero hombre de las leyes en Colombia?

En la campaña por la emancipación nacional  y durante su gobierno el general Santander, en su intento de emular  los logros del libertador –según algunos creen– se lanzó a legislar sobre todo, principalmente para beneficiar más bien a sus aliados  y quitarle espacio  a otros en el campo de su libre determinación.

Simón Bolívar fue un prolífico hombre de leyes y un gran constitucionalista. Pero sus ideales  siempre giraron alrededor de una causa común,  dando los primeros pasos en esa época, para un verdadero Estado Social de Derecho.

Legisló sobre la tasa y el tiempo de contribución  que debían pagar los indígenas en 1828, mediante un decreto de 7 títulos y 35 artículos. Para imponer el orden en los llanos orientales, después de la independencia, dicto un decreto de 51 artículos y para reglamentar la educación en todo su contexto, en 1829  dicto un decreto de 10 capítulos y 72 artículos.

Sus cartas y discursos estuvieron orientados a normalizar las actividades agropecuarias, el concepto de progreso, la esclavitud, la paz y la educación con una profunda convicción de que solo educando al pueblo se lograría hacer un verdadero progreso nacional.

Se afirma que Bolívar dictaba varios escritos al mismo tiempo a sus amanuenses, escribió más de ocho mil documentos y más de diez mil cartas. En  El  Congreso de Angostura para terminar la liberación del continente en 1817,  dicto en una sola jornada 14 documentos. Siempre fue un hombre discreto y ocultaba su capacidad antes los demás;  después de la Batalla de Boyacá, en  su entrada  triunfal a Santa fe, recibió una corana de laureles y se la impuso a su vez a Santander. Cuando los bolivianos  le pidieron que laborara la constitución para su patria,  se declaró incompetente como constitucionalista. No obstante se aplicó con entusiasmo a escribirla y en un tiempo inesperado la redacto; como modelo para las jóvenes naciones americanas y en un resumen de sus ideas: La abolición de todos los privilegios de castas, raza  y la esclavitud; abogando por la presidencia vitalicia, postulados que no agradaron a los sectores privilegiados de la época.

Bolívar fue un hombre prodigo, en sus viajes hacia paradas causales para indagar por los problemas de la gente que se encontraba en los caminos. Sus sueldos eran repartidos entre las viudas y los lisiados de la guerra; lo que causó un desgaste a los recursos destinados  a encontrar un lugar, donde descansar de las penas que le causaban los males ajenos.

Santander fue el segundo hombre en la independencia; por su discreción Bolívar le decía: Lo dejo a usted, que es otro yo y quizás mejor que yo. Lo distinguió con el título de “El hombre de las leyes”. Pero el verdadero hombre de las leyes era él; después bajo sus diferencias  lo llamo el Truchimán.

En doscientos años hemos perdido la buena intención  que nos dejó el adalid de la libertad, orientar sus leyes con fundamento al bien y al deber. En síntesis podemos decir que:

Bolívar fue un genio para idealizar.

Santander fue muy hábil para emular.

E impetuoso para gobernar

Bolívar estratega y un celebro para legislar.

De estos dos hombres heredamos los colombianos la capacidad para legislar.