Los habitantes del municipio de Maicao se encuentran en constante zozobra ante la inminente suspensión del gas domiciliario por parte de la empresa Promigas, quien aduce que no se cuentan con las garantías necesarias para la prestación del servicio.
Ante este panorama, varias han sido las voces de protesta que se han conocido por parte de la dirigencia guajira. Uno de los más fuertes contradictores a la medida expuesta por Promigas ha sido el exministro Amylkar Acosta.
A través de una carta entregada el pasado 20 de febrero al presidente Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño, le puso de presente la crítica situación que viven los habitantes del municipio fronterizo debido a las reiterativas amenazas por parte de Promigas.
En dicho documento, el extambién senador solicitó al jefe de Estado que “interviniera para evitar que Maicao se quede sin el suministro” de gas domiciliario, un servicio vital para gran parte de esta localidad.
Posteriormente, Amylkar Acosta volvió a denunciar el “atropello de Promigas” contra la comunidad maicaera, “al pretender privar de este servicio a sus 22 mil usuarios, alegando la imposibilidad de darle mantenimiento al tubo que transporta el gas hasta Maicao por la supuesta oposición desde 2011 de las comunidades indígenas asentadas en su área de influencia”.
Al poco tiempo, el gobernador Weildler Guerra Curvelo pudo constatar personalmente que “tal oposición nunca existió”, se conoció que la compañía Promigas envió una comunicación al Ministerio de Minas y Energía donde indicó que el deterioro en la tubería “no requiere de actividades de mantenimiento sino del reemplazo de los 68 kilómetros de gasoducto”.
En su exposición, Promigas fue enfático al exponer que “en términos económicos, sociales y ambientales no es eficiente el reemplazo”, por lo que se planteó la posibilidad de conectarse al gasoducto de Pdvsa para surtir al municipio fronterizo.
Sin embargo, Promigas no recibió respuesta alguna por lo que puso en marcha su plan de restringir la entrega de gas a partir del pasado 27 de octubre a la estación Maicao, comenzando con 60 libras por pulgada cuadrada.
Acosta Medina expuso que ahora “la capacidad volumétrica máxima de entrega estaría en el orden de 343 mil pies cúbicos diarios, cuando se requieren 505 mil pies cúbicos para satisfacer el consumo de los usuarios a los que les presta el servicio Gases de La Guajira”.
Asimismo, indicó que la decisión de Promigas supone un panorama incierto para Maicao, puesto que se puede convertir en un “racionamiento del suministro de gas domiciliario y a la postre se quedarán sin el servicio, teniendo en cuenta las medidas adicionales anunciadas por la misma empresa”.
Puso de presente que en el caso que se cambiara el trazado del gasoducto, para conectarse al de TGI, “se reduciría la distancia en 28 kilómetros y el costo de reemplazar el actual sería a lo sumo de 12 mil millones de pesos, lo que representa solo el 1.9% de utilidades de Promigas en 2016, las cuales ascendieron a más de 614 mil millones de pesos.
“Lo menos que puede hacer Promigas por Maicao y La Guajira es hacer esta modesta inversión para garantizarles a los usuarios la prestación del servicio de gas domiciliario. La ley dice que los servicios públicos domiciliarios se catalogan como esenciales, por lo tanto gozan de la especial protección del Estado”, aseveró Acosta.
Al final, tomó argumentos dichas aseveraciones para exponer que “Promigas no puede interrumpir o dejar de prestar este servicio porque le da la gana. Además, el Estado está en la obligación de asegurar la prestación eficiente de los servicios públicos en todo el territorio nacional”.