Conocida la noticia que Electricaribe saldría del mercado, terminando la prestación del servicio de energía eléctrica, además que un nuevo operador la remplazaría, para Atlántico, La Guajira y Magdalena, nuevas luces iluminaron las esperanzas en los pueblos de la región.
Inmenso fue el regocijo, salía del medio Electricaribe, a la que por más de 20 años le soportamos su pésimo servicio.
Hace 10 meses, llegó con bombos y platillos, el nuevo operario, del que se esperaba un suministro de energía eléctrica, con altos estándares de calidad, vital para el bienestar social y desarrollo económico, no ha sido así: Air-e, la empresa que reemplazó a Electricaribe, de la que se pensaba sería la solución a los problemas generados y dejados, por el operario anterior, para resolver- los, tampoco fue así. Los usuarios y empresarios regionales, tomaron confianza, pero hasta la fecha, los cambios en el servicio no se han notado.
Diez meses han pasado y la ilusión que, aún sin la energía de Electricaribe, iluminaba los rostros expectantes de los usuarios, con la llegada de la nueva empresa, se fue apagando. Otros, con fuerte dosis de escepticismo, decían: esperemos para ver qué pasa, “escoba nueva barre bien”.
Los que conocemos este refrán, utilizado en Latinoamérica, sabemos que un objeto, una persona o una empresa, cuando son “nuevos”, en el entorno, cumplen su función a la perfección, superando experiencias anteriores: aquí nada.
Es importante destacar, que Air-e, no ha entendido que esos cambios son necesarios y obligatorios, además de eficientes. Por muy difíciles que sean, hay que dar ese primer paso. Lo que es peor, quedó utilizando la escoba vieja y desgastada de Electricaribe, continuando con las mismas mañas, en el suministro de energía y abusos hacia la comunidad.
Sin lugar a dudas es una vergüenza que la empresa, antes que nada, debería ocuparse de lo fundamental y corregir las fallas constantes en el servicio, las ha dejado en segundo plano, para ocuparse de montar nuevos dispositivos de medición (contadores), los cuales son una amenaza para los usuarios.
Para destacar, las fallas constantes en los cortes de energía, a cualquier hora del día o la noche, las subidas y bajadas permanente de la tensión nominal, reflejadas en el suministro y las elevadas facturas. Estas, en verdad, son las principales molestias. Si el tiempo está nublado y hay amenazas de lluvia, si relampaguea y truena en la “Vela del Marquezote”, y aún sin estos elementos, inmediatamente suspenden el servicio dos o tres horas y más, en muchas ocasiones.
Después de lo anterior, es importante destacar que una de las fallas más preocupantes, es la subida y bajada de la tensión, o sobretensión, que no es otra cosa que el aumento exagerado del voltaje.
La sobretensión, de acuerdo a las pesquisas realizadas, a un ingeniero eléctrico, a un técnico electricista y a la literatura disponible, son los evento que se supera la tensión nominal, esto es; la diferencia potencial con la que se diseña una instalación eléctrica.
Estas sobrecargas deterioran los electrodomésticos y equipos electrónicos, lo mismo que son los causantes de los cortocircuitos e incendios. La tensión nominal es la diferencia de potencia específica para la que se diseña un equipo o una instalación eléctrica.
Pero aquí no para la cosa, las empresas que suministran el servicio de energía eléctrica, para facturar el consumo de energía cuentan con la unidad de kilovatio/hora (kwh). Es claro que el dispositivo de medición, suministrado por la misma empresa, cuenta con un disco, anclado a un campo magnético y un sistema de engranajes que lleva el movimiento a las agujas que marcan el número de vueltas del contador.
Y, aquí está el misterio de los altos consumo de una vivienda normal; las sobretensiones llevan mayor potencia a los medidores y el disco gira con mayor velocidad, acumulando más giros de acuerdo al tiempo que estén expuestos a esa tensión.