Para solucionar los trastornos psicológicos en la actualidad se emplean terapias de tercera generación. A lo largo de la historia, los expertos en psicología han ido desarrollando distintas terapias con el objetivo de conocer el funcionamiento cognitivo humano. Atrás quedan el conductismo y el cognitivismo. A día de hoy, los psicólogos, en sus terapias, priorizan, de igual forma, tanto a la conducta externa como a la interna de las personas, incluyendo al contexto donde se producen.
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La evolución de las terapias psicológicas
Las terapias psicológicas de primera generación son las de la etapa conductista. En esta primera época del conductismo, se trataban los trastornos del desarrollo con terapias que partían del conocimiento derivado de la ciencia. El conductismo nació frente a las terapias de corte psicoanalítico de Sigmund Freud; puesto que estas se basaban en constructos hipotéticos no contrastables de forma empírica. Surgió entonces la necesidad de afrontar los trastornos mediante terapias obtenidas de datos comprobables y contrastables a través de la experiencia. En definitiva, el conductismo trataba la conducta mediante estímulos y respuestas.
Las terapias psicológicas de segunda generación consideraban que el conductismo, de manera autónoma, no era capaz de explicar ni de producir terapias válidas en comportamientos derivados de elementos como las convicciones o las creencias. Ya no se consideraba válido al estímulo-respuesta, sino que había que tener en cuenta, de forma prioritaria, al pensamiento y al procesamiento de la información por parte del cerebro humano.
Las terapias se dirigían a modificar los pensamientos disfuncionales y las creencias deficitarias de las personas que las padecían. En torno a esa perspectiva, nació la terapia cognitivo-conductual, poniendo énfasis en los procesos mentales, las terapias psicológicas de segunda generación consiguieron resolver de forma exitosa una inmensa cantidad de trastornos a los que el conductismo no había conseguido solucionar. En esta época destacaron las teorías psicológicas como la Terapia Cognitiva de Aaron Beck o la Terapia Racional Emotiva de Albert Ellis, donde se intenta erradicar toda conducta que genera malestar en el ser humano.
En la actualidad, en psicología, se emplean terapias psicológicas de tercera generación. Estas son las basadas en la necesidad de establecer una aproximación más holística y contextualizada del ser humano. Ahora se tienen en cuenta, no solo los problemas y los síntomas de quienes los padecen, sino que se considera, en primera instancia, la situación vital de la persona humana, y su propia vinculación con el medio. Con las terapias de tercera generación, se busca un cambio de conducta a nivel más profundo, entrando en el núcleo de la persona; ayudándola a que los cambios, introducidos mediante terapias en su conducta, sean más significativos y permanentes en el tiempo.
El porcentaje de éxito de las terapias de tercera generación, para superar trastornos de conducta, es infinitamente mayor que el de las terapias que las precedieron. Así que, no lo dudes más y si te interesa ampliar tus conocimientos en estas terapias, te conviene estudiar un máster.