Nuestras manos actúan como vectores que portan organismos patógenos capaces de ser trasmitidos, ya sea a través del contacto directo o indirectamente mediante las superficies que tocan.
Piense por un momento en todas las cosas que usted toca a lo largo del día con sus manos: teclados de computadores, pomos de puertas, griferías de lavamanos, puertas de oficinas, de taxis, barras de buses y de transporte público, monedas, billetes y tantos otros objetos que hacen una lista inmensa. Ahora piense en el sinnúmero de personas que están constantemente tocando esos mismos billetes, esas mismas monedas, esos mismos elementos. Usted no tiene certeza de qué han tocado las manos de esas personas o de qué tipo de enfermedades estén pasando de un lado a otro de manera silenciosa y difícil de notar.
Usted no puede controlar la limpieza de los objetos y las cosas que toca a diario, pero sí puede evitar que los agentes patógenos que llegan constantemente a sus manos sean eliminados de forma adecuada con el simple hábito de lavarse las manos.
El buen lavado de manos es la primera línea de defensa contra la propagación de muchas enfermedades, desde el resfriado común hasta infecciones más graves, como la meningitis, la bronquiolitis, la gripe, la hepatitis A y muchos tipos de infeccionesintestinales.Lavarse las manos es como una vacuna “auto administrada”
La diarrea y la neumonía son las principales causas de muerte en niños menores de cinco años. Lavarse las manos con jabón es una de las formas más efectivas y económicas de prevenir estas enfermedades. Este simple comportamiento puede salvar vidas, reduciendo la diarrea en casi la mitad y las infecciones respiratorias agudas en casi un cuarto.
Más del 80 % de las infecciones habituales se transmiten por las manos. Sin embargo, no siempre esta medida tan simple y elemental es cumplida en la forma y frecuencia necesaria. Es triste constatar que en pleno siglo XXI, la necesidad de realizar una práctica del lavado de las manos con una forma y frecuencia adecuadas, sigue siendo un problema pendiente tanto en los ambientes domésticos como en los servicios de salud a nivel mundial.
Antecedentes históricos: Pocas veces el agua ha sido tan acertadamente llamada fuente de vida como cuando se la asocia al jabón. Pero la simpleza de la idea y su consolidación actual no tuvo un comienzo fácil. Quien primero se dio cuenta de su importancia fue un médico de Budapest, IgnácFülöpSemmelweis (1818-1865). Se considera el padre del control de las infecciones Su defensa de la asepsia salvó vidas, pero hundió la suya, ya que, por culpa de la arrogancia y del escepticismo del colectivo médico, sufriera el rechazo de la mayoría de sus compañeros y jefes mientras estuvo en activo. El reconocimiento le llegó tarde. En 1952, Louis-Ferdinand Cèline (escritor y médico francés) publicó la obra, “Semmelweis”, en la que, en tono épico, lamentaba el final del médico. El prólogo define su legado: “Señaló a la primera los medios profilácticos que deben adoptarse contra la infección puerperal, con una precisión tal que la moderna antisepsia nada tuvo que añadir a las reglas que él había prescrito”.
Los gérmenes que pueden causar enfermedades se alojan en la suciedad, la grasa y los aceites naturales en las manos. El agua sola no los elimina, pero el jabón ayuda a descomponer los aceites que contienen gérmenes. El jabón también facilita el roce y la fricción, lo que puede eliminar los gérmenes de las manos, y así los gérmenes se pueden enjuagar con agua. Usar jabón también aumenta el tiempo de lavado y asegura un lavado más efectivo. Con el uso adecuado, todos los jabones son igualmente efectivos para eliminar los gérmenes que causan enfermedades.
Cuando lavarse las manos: se recomiendan especialmente en las siguientes momentos:
- Antes de las comidas
- Antes de alimentar a los niños, también si lo que se va a hacer es darle de mamar.
- Antes y después de preparar la comida, especialmente cuando se manipula carne cruda, pollo o pescado.
- Tras usar el baño o ayudar a limpiarse a un niño, o bien después de cambiarle los pañales a un bebé.
- Después de sonarse los mocos, toser o estornudar sobre las manos. Es lo más importante para evitar las enfermedades respiratorias en niños, especialmente resfriado común y neumonías
- Antes y después de estar con una persona enferma.
- Antes y después de curar una herida.
- Antes de ponerse o quitarse las lentes de contacto.
- Después de jugar con juguetes que se han compartido con otros niños.
- Después de tocar a una mascota o tener contacto con sus desperdicios
Como lavarse las manos: es mejor lavarse las manos con agua y jabón.Lavarse solo con agua no elimina los gérmenes.Los jabones antibacterianos, como los que contienen triclosan, no son más efectivos para matar gérmenes que el jabón común. Para destacar la importancia del lavado de manos la Organización Mundial de la Salud (OMS), declara que solo se necesitan cinco momentos para cambiar el mundo: mojar, enjabonar, frotar, enjuagar y secar. Se describen así:
- Mójese las manos con agua corriente limpia (fría o caliente), cierre el grifo y aplique jabón
- Enjabónese las manos frotándolas con el jabón. Asegúrese de hacer espuma
- Frote sus manos, palma con palma, vigorosamente por al menos 20 segundos. Recuerde frotar todas las superficies, incluyendo el dorso de sus manos, muñecas, entre sus dedos y debajo de sus uñas
- Enjuágate bien las manos con agua corriente limpia
- Séquese las manos con una toalla limpia o séquelas al aire.
Uso de desinfectantes a base de alcohol:Lavarse las manos con agua y jabón es la mejor manera de reducir la cantidad de gérmenes en la mayoría de las situaciones. Si no hay agua y jabón disponibles, use un desinfectante para manos a base de alcohol que contenga al menos un 60% de alcohol.
Los desinfectantes para manos no son tan efectivos cuando las manos están visiblemente sucias o grasosas. Se recomienda lo siguiente:
- Aplique el producto en la palma de una mano).
- Frote sus manos juntas
- Frote el producto sobre todas las superficies de sus manos y dedos hasta que sus manos estén secas.
Recomendación: Asegúrese que haya jabón disponible en el baño de la escuela de su hijo y en su lugar de trabajo. Espere que los médicos, odontólogos, enfermeras y terapeutas se laven las manos antes de examinarlo a usted o a su hijo. Es importante enseñar con el ejemplo.